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domingo, 5 de marzo de 2023

Vale la pena casarse?

 Hoy en día es difícil o meramente complicado encontrar algún joven que quiera casarse por amor. Cuando le preguntas a alguien si tiene vistas a futuro de casarse en algún momento te contestará "Para qué? Luego el divorcio me cuesta más caro" .

 Vivimos en una sociedad actual en la que las relaciones se tornan fugaces. 

Ese amor que empezaba en la juventud y continuaba después del fallecimiento de uno de los cónyuges, ya no está de moda. 

El amor libre se convierte en un amor rápido, de unos años o incluso meses. No hay cultura del amor, sino de la pasión . 

Los que aún permanecemos fieles a ese amor duradero, podemos aconsejar que lo mejor para mantener tu relación de pareja, es aprender a comunicarte asertivamente. Aprender a tener paciencia y de manera general, trabajar en uno mismo para luego poder ayudar a nuestra pareja a desarrollarse caminando a su lado. 

Porque ser pareja significa acompañar en el cremiento personal, dando amor y apoyo constante. 

Pero volvamos a la pregunta inicial. Vale la pena casarse?

Depende

Depende de lo maduro que uno sea, y lo maduro que sea nuestra pareja. 

Depende de si algún miembro de la pareja tiene traumas infantiles sin resolver y no quiere resolverlos. Todos los tenemos pero tenemos que querer superarlos.

También hay que tener en cuenta del tiempo que nos hemos tomado en conocerle. Yo no recomendaría casarte si llevas menos de dos años de relación. Hay que dar tiempo a superar la etapa de la pasión inicial, porque esa etapa nos ciega y no nos deja ser objetivos.

Otra cuestión a considerar es los planes de futuro, incluyendo los económicos. El casado casa quiere. Casarte y seguir viviendo en casa de los padres no le da un futuro estable a nuestro matrimonio. No tendria sentido querer realizar nuestra Vida con nuestro conyuge si luego lo hago con mis padres.

Tampoco hay que sentirse obligado por algún motivo a casarte, ya sea un hijo en común , ayudas económicas, papeles, ... Porque si no estamos conformes con la persona que tenemos a muestro lado, vamos a terminar culpándonos por no haber pensado las cosas antes.

Por último, considero que es importante saber que los dos deben poner las mismas ganas a la relación. Si te esfuerzas un millón y tu pareja lo único que hace es ver como te esfuerzas y aplaudirte, solo te darían ganas de mandarlo a la ... 

En conclusión, valdrá la pena si los dos hacen que valga la pena. No es cosa de uno solo, cada uno tiene que poner su granito de arena y empezar mirándonos al espejo. 

martes, 28 de abril de 2020

El precio de la razón

El sentimiento de victoria engancha. Si. Engancha y mucho. Sobretodo cuando alimentas tu ego y orgullo a diario y para algunas personas pincharles en la razón les duele mucho.
Tener razón para algunas personas es una constante, como cuando eres adolescente y piensas que todo gira a tu alrededor o debería. El problema viene cuando esa adolescencia no se supera y arrastras esa necesidad de encontrarte satisfecho por encontrar el respeto de tener "la razón".

Debes de saber que en algunas ocasiones ciertamente la tendrás pero no siempre, ya que el ser humano aprende de sus errores más que de sus aciertos y para que una persona crezca y madure necesita perder. Reflexionemos sobre esto.

Supongamos que estamos en una situación en la que no tenemos razón pero insistimos en ello, sabemos que en el momento en que no tenemos escapatoria y obviamente sabemos que hemos perdido la batalla, nos invade un sentimiento de rabia, frustración e incluso vergüenza. Esto se basa en la educación que nos han dado ya que nuestro cerebro reacciona así por costumbre. Tenemos poca tolerancia a estos sentimientos porque en el pasado cuando no hemos tenido razón nos han echo quedar en ridículo, nos lo han "restregado" mucho, nos han podido incluso humillar, además de que en muchas situaciones no se nos ha dado el beneficio de la duda y eso genera frustración.
En cambio en una situación en la que tenemos razón, se nos ha podido mostrar respecto, admiración, o incluso el sabor de una pequeña venganza.

Para salir de este bucle infinito y poder avanzar deberías tener en cuenta lo siguiente:

¿Cómo me siento con la situación? Encontrar las palabras adecuadas para describir como nos sentimos.
¿Entiende la otra persona como me siento? Es importante una buena comunicación y una escucha activa, por lo que hay que tener en cuenta de si la otra persona nos presta atención y si realmente entiende como me siento con esto.
¿Conozco cómo se está sintiendo la otra persona? En ocasiones, recurrimos a la interpretación del pensamiento. Esto no es más que dar como ciertas, afirmaciones del tipo: «seguro que piensa que…..»
¿Cómo empezó el conflicto? ¿Qué quería conseguir y qué quería conseguir la otra persona?
Lo siguiente será plantearse alternativas dentro del conflicto para solucionarlo y para conocer hasta que punto puedo ser flexible y ceder, o en qué punto puedo dejar de buscar la reafirmación de reconocimiento.

Además de esto hay que tener en cuenta de que cieras emociones negativas pueden entorpecer nuestro razonamiento y consumen energía en nuestro interior. Cuando nos estancamos en una posición, perdemos energía y sobre todo tiempo.
Reproches, intentos de manipulación, exigencias, burlas, dependencias emocionales, etc. Debemos estar preparados para detectar todo ello en el momento en que nos encontramos en una posición así.
Y no sólo detectarlo en los demás, sino en nosotros mismos, que arrastrados por las emociones señaladas anteriormente, lo traducimos en comportamientos de los cuales no nos enorgulleceríamos en situaciones normales, de tranquilidad y flexibilidad.

Por lo tanto si aplicamos todo esto y evolucionamos, habremos aprendido de nuestros errores.